Arunda Silente comienza su andadura con la exposición de la obra de un gran pintor enamorado de Ronda y de su luz: Heinz Greissing.
El espacio que alberga su obra, la Domus Silentium , es la sede de esta Asociación que, como Greissing, ha elegido Ronda para responder a una llamada al silencio creativo que permite desplegar todo el potencial que cada persona lleva en sí.
El silencio es una puerta que se abre a la luz y a la contemplación, esa visión acogedora de la realidad que nos conduce a la toma de conciencia de la unidad en la que nos integramos con todo lo que es y existe.
Heinz Greissing nos habla de todo esto en y a través de su pintura: sus lienzos son el fruto de su visión contemplativa cultivada en el silencio y sostenida por una sensibilidad exquisita para percibir la belleza de la luz incidiendo sobre los paisajes que lo cautivaron. En cada una de sus creaciones también podemos apreciar la fusión del pintor con lo que su mirada profunda captaba.
Silencio, luz y contemplación hicieron posible la obra de este gran hombre nacida de la huella que la belleza dejó en lo más profundo de su ser. Hoy podemos disfrutar de parte de su obra en esta pequeña muestra. Heinz Greissing respondió a esa llamada interior que le invitaba a dar lo mejor de sí mismo: su legado artístico es uno de los frutos de su respuesta. Por eso Arunda Silente ha querido rendirle este homenaje y dar sus primeros pasos de la mano del gran pintor austríaco-rondeño.
Es para nosotros una inmensa alegría y un honor que hoy Greissing y Arunda Silente compartan el mismo hogar. Juntos nos invitan a sumergirnos en el silencio dejándonos bañar por la luz que nos permitirá contemplar la belleza del ser humano y de la creación.
Damos las gracias a todos los que han hecho posible esta exposición. Queremos agradecer, de un modo especial, a Eva, viuda de Heinz Greissing, y a su hija, Anna, su generosísima colaboración para que lo que comenzó siendo un proyecto vea hoy la luz convertido en realidad.
Vaya también nuestro agradecimiento a quienes, con su diligente trabajo entre bastidores, han velado para cuidar cada detalle de modo que hoy todos podamos disfrutar contemplando estas pinturas nacidas del corazón de un contemplativo.
Y, ¡cómo no!, gracias a Javier Carrasco, Comisario de la exposición y su alma mater. Sin él nada de esto habría sido posible.
Nunca imaginamos mejor comienzo que este para nuestra presentación en sociedad. Os damos la bienvenida a esta celebración a la que estáis todos invitados. Porque, desde sus inicios, Arunda Silente sabe que sólo llegará a ser gracias a la presencia de todos los que apuesten por vivir en continuo crecimiento optando por desarrollar todas las potencialidades que cada ser humano alberga en lo más profundo de sí mismo.
